sábado, 4 de abril de 2015

María, el dolor de perder tu Hijo lo consuela Su Resurrección, consuelo tuyo y nuestro. El dolor llegó a su fin y quedó Jesús y Su Vida Eterna, murió el sacrificio antiguo de animales puros y surgió el Sacrificio Nuevo y Único. Sólo bastó el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo para demostrar nuevamente que Dios lo puede todo, así como se Encarnó en tu vientre puro y predestinado para la Nueva Vida que surgió de Él. La esperanza nos dio la oportunidad de seguir vivos después de la muerte. Qué termina de la vida si continúa? Termina la muerte, cuyo nombre llega a su fin en la muerte física. El pecado sufre de muerte al vencer al diablo, ahora nos toca combatirlo Contigo, y con María; y pisaremos la cabeza de la serpiente, activa ahora por nuestra falta de fe, por nuestra debilidad de sucumbir, pero estás Tú Señor y nos levantas, porque nuestra caída no es eterna, pero Tú sí eres Eterno. Rescata nuestra poca confianza y fe, y con Jesús venceremos nuestras debilidades, nuestras dudas e inseguridades, porque Tu eres Amor y Misericordia, somos Tus Almas Señor, recibe nuestras súplicas y danos Tu Confianza en Jesús y María. Amén.

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