jueves, 19 de febrero de 2015

Para tener a Jesús por siempre en nuestra vida, hay que enamorarse de Él para que permanezca en nuestro corazón y mente. El ejemplo está en nuestras vidas, cuando te enamoras de ese ser especial, vives pensando en él e incluso evitas hacerle daño; ese el tipo de amor que Jesús necesita de ti, pues ya el de Él lo tienes asegurado. Si el amor de un hombre o de una mujer es abrasador y te quema el alma, cuanto más es el de Jesús que como llama ardiente de amor murió por ti y por mi como individuo, y a la misma vez murió por todos. Si es necesario el amor humano para vivir entre nosotros, más necesario es el de Jesús-Dios, que no sólo ama a uno, sino a todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario