sábado, 21 de marzo de 2015

El Universo, creado por leyes de Dios, es un órden perfecto y divino, en el que el hombre no es capaz de alterar por leyes humanas, pero si hablamos de destruir un planeta donde vivimos en perspectiva grande, también podemos pensar en perspectiva pequeña, como nuestro pensamiento tan limitante se limita más a la ignorancia. Una ley humana y defectuosa no puede suplantar la ley divina y perfecta, por lo tanto los que nos destruímos somos nosotros mismos. Cuando sacamos a Dios de nuestras vidas el órden humano cambia y el ser humano se va destruyendo a sí mismo poco a poco. Por amor Dios permite nuestras decisiones, y eso es parte de Su órden, pero sí creyendo en Él cometemos errores, cuanto más no creyendo en Él? Claro que el Amor de Dios y Su misericordia no terminan nunca por Su infinidad y poder, pero más que todo por amor, Dios sabe que nosotros, Sus ovejas perdidas necesitamos de Él, no hoy ni mañana, sino siempre. Nuestro límite encuentra solución a lo fácil y cómodo por el simple hecho de que yo quiero esto así, y crea su propia ley. Yo tomo decisiones y tú las tuyas pero eso no quiere decir que sean buenas. Tu conveniencia dura un ratito en la vida física, pero cuando estés sin cuerpo y seas espíritu que conveniencia obtendrás? La tuya o la de Dios, pues Él te dará la que te conviene, la que decidiste en el ratito de la vida terrenal.

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