domingo, 7 de junio de 2015

Sacrificio Eterno de Jesús (de Adabel Rosario Rosario)



El amor hace todo posible y Jesús es ejemplo de ello, entregándonos Su cuerpo y Su sangre nos mantiene unidos a Él. Como milagro de fe se hace presente y se nos da como manjar de vida y ardiente deseo de amor. Darse a sí mismo de por sí siendo Dios, aunque humano en Jesús, nos da a entender que Su amor es tan grande que permite que comamos Su cuerpo y Su sangre. Como verdadera comida y bebida por fe y verdad, probamos el milagro eterno e infinito de amor y entrega de Él por nosotros.

Jesús se nos entregó como sacrificio y quiere que nosotros participemos de él, recibiéndolo para hacernos parte de Él. Tu vida y la mía son testigos de lucha, y con ella tenemos que sacrificarnos enfrentando nuestras situaciones, si renunciamos a ellas no podríamos sacrificarnos; y nuestra vida no tendría significado, pues la misma lucha nos fortalece el espíritu, sobretodo si se lleva con amor..

Todo sacrificio conlleva dos voluntades, la de Dios y la tuya, pero Dios nos encamina a lo que quiere de nosotros y lo que necesitamos.

Desde un principio el amor se manifestó y continúa manifestándose, primero como Dios como creador del universo y la vida, y después como Jesús, entregándose a nosotros. Él permanece en nosotros, y habita en Su casa, nos guía hacia ella porque sabe que dependemos de Él por los siglos de los siglos. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario