martes, 27 de enero de 2015

Dios es Nuestro Padre y María Nuestra Madre (De Adabel Rosario)


La verdad de Dios se justifica creyendo en Él primero, antes que en el hombre.
Dios siendo Espíritu necesitaba nacer de mujer para ser Hombre. Necesitaba un cuerpo para ser humano. El pecado entró al mundo por el sí de los humanos al demonio y así mismo tenía que ser eliminado, a través de un ser humano capaz de vencerlo, Jesús. La oportunidad de salvarnos, perdida al principio por Adán y Eva, fue renovada después por Jesús y María. María fue el Sagrario de Jesús, decidido por Él mismo como Dios. En ese entonces Dios no tenía cuerpo humano, pero cubrió a María con el Espíritu Santo, es por eso que ella permaneció Virgen, pues no le hizo daño al cuerpo; y al ella aceptar Su pedido Él se hizo Hombre. María nació sin pecado original porque Dios así lo decidió; Él hace Su voluntad pues Él sabe lo que hace hoy en nosotros, para un propósito mañana. El pecado está en la carne y al nacer sin pecado original no existe el deseo de pecar. Por eso Jesús pudo nacer de María, y no ser contaminado con el pecado.
En Dios no hay pecado ni maldad, por eso no podía nacer de cualquier mujer con pecado en la carne. No puede ser reversible cuando se nace sin pecado original y así continúa siendo a pesar de haber cumplido su cometido principal. Sin pecado original no hay ningún pecado de carne o carnal, por lo tanto María siguió siendo fiel a Dios y a su hijo Jesús. No hay que buscar datos científicos de hombres para creer o no creer en ello, aunque bien se sabe que para desmentir, quien no cree en la verdad busca regocijarse en la mentira para justificar su sospecha.
Sólo hay un Dios, un Hijo y un Espíritu Santo, no varios Hijos, no hacía falta que María tuviera más hijos cuando nació el Rey de Reyes, la Corona la Heredó Jesús, no Santiago ni Juan, hijos de Zebedeo y María Salomé, tampoco Judas ni Simón, hijos de Cleofás y María (de Cleofás).
La voluntad de Dios es para el bien completo del hombre y así mismo debemos serle fiel a Él, no se antepone nada humano a Él, y así mismo nuestro pensamiento, obviamente limitante, pero que con fe en Él, se expande un poco más.
Quien rechaza a la Virgen María, rechaza la decisión de Dios de nacer de ella y hacerse Hombre. Simplemente, la fe es la inteligencia completa del hombre. Aunque antes que todo Dios nos creara solo, como Padre y Madre por Su poder, miles de años después nació como Hombre por María, y así, al Jesús ser Dios, y María Su Madre, Dios es Nuestro Padre y María Nuestra Madre.

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